domingo, 22 de febrero de 2009

Condicionantes contextuales de la motivación por aprender

Condicionantes contextuales de la motivación por aprender

Para que nuestros alumnos afronten la actividad escolar con la motivación adecuada parece ser necesario intervenir como mínimo, en dos direcciones.
- Tratando de cambiar la idea general sobre la posibilidad de mejorar o no las capacidades y destrezas y el autoconcepto concreto que el alumno se tiene a sí mismo la relación con las posibilidades de éxito en las distintas formas.
- Enseñando modos de pensar a la hora de afrontar las tareas escolares que permitan afrontarlas buscando aprender.

¿Cómo pueden los profesores conseguir ambas cosas?
Al definir objetivos de aprendizaje, presentar la información, proponer tareas, responder a las demandas de los alumnos, evaluar el aprendizaje y ejercer el control y la autoridad, creamos entornos que afectan la motivación y al aprendizaje.

Comienzo de la clase
Todo profesor debe seguir al comienzo de una clase, activar la motivación de sus alumnos por aprender aquello que se va a tratar, es captar su atención, despertando su curiosidad y su interés, características que es preciso distinguir.

Curiosidad
Es un proceso, manifiesto de la conducta exploratoria, activado por características de la información tales como su novedad, su complejidad, su carácter inesperado, su ambigüedad y su variabilidad.

Interés
Se hace referencia al hecho de mantener la atención centrada en algo. Se trata de un proceso distinto a la curiosidad, proceso este último que implica dirigir la atención hacia un fenómeno novedoso, incierto, sorprendente o incongruente, seguida de una actividad orientada a la exploración del mismo que facilite su conocimiento y comprensión. El interés depende de la facilidad con que la información se conecta con lo que ya se sabe, resulta particularmente motivador.

Relevancia de los contenidos
Otro de los procesos que pueden verse afectados por la actividad que los profesores desarrollan al comienzo de la clase es la percepción de la relevancia de los contenidos que se han de aprender o las tareas que se han de realizar.
La determinación del significado de una actividad es algo que depende al menos de dos factores. El grado en que el alumno es capaz de situar la tarea en el contexto de lo que ya sabe y, por otro lado del grado en que es capaz de determinar las implicaciones futuras de su realización.
La motivación, como puede comprobarse no depende sólo del alumno, sino también del contexto. De ahí la importancia de que los profesores evalúen y modifiquen, si es preciso, el tipo de metas que sus mensajes traen al primer plano de la atención del alumno.

Organización de las actividades
El planteamiento de una actividad cualquiera puede variar de acuerdo con ciertas características que tienen repercusiones importantes sobre la motivación.

Autonomía
Para que cualquier persona asuma de buena gana la tarea de cambiar sus pautas de comportamiento, la primera condición es que, aunque el cambio pueda venir sugerido desde fuera, ella lo suma como algo que desea y elige de forma autónoma y voluntaria.
El que los alumnos acepten las actividades escolares como algo propio es algo que se ve facilitado o dificultado, o además, por el hecho de que en las clases se trabaje en base a proyectos de desarrollo personal.

Interacción entre alumnos
El que los alumnos afronten la actividad escolar pendientes de aprender o de cómo van a quedar frente a los demás depende también, en buena medida, de que la forma en que los profesores organicen las actividades de clase promueva entre aquéllos infractores de tipo cooperativo o competitivo o de que no promuevan interacción alguna así como de que las condiciones en que les piden trabajar en grupo sean las adecuadas.

Distintas formas de interacción promovidas por el profesor tienen diferentes efectos sobre la motivación.
1. La organización de las actividades escolares en un contexto competitivo.
2. El trabajo individual puede tener efectos más o menos positivos dependiendo del tipo de tarea.
3. La organización de la actividad escolar en grupos cooperativos bajo ciertas condiciones.

Es preciso señalar que las actividades de cooperación no se realizan en el vacío, sino en el contexto definido por el clima general de la clase, dependiente en gran medida de la actuación de los profesores.

Interacción del profesor con los alumnos
Uno de los factores contextuales que más contribuyen a definir la motivación de los alumnos y a facilitar o dificultar el aprendizaje lo constituyen los mensajes dados por el profesor antes, durante y después de las tareas escolares, especialmente si son consistentes.

Durante la tarea
Cuando las tareas se realizan en clase y no en casa, los mensajes que los profesores dan durante la realización de las mismas a los alumnos que preguntan o a los que observan en dificultades pueden tener también repercusiones motivacionales.
Cuando un alumno pregunta, no es lo mismo darle directamente la solución de su problema, decirle que se esfuerce sin más o, una vez analizada de su dificultad, darle pistas que le ayuden a superarla.
Tampoco es lo mismo decir a unos alumnos que no discutan sobre un problema que decirles “No aprende más quien impone sus ideas sino quien es capaza de cambiarlas si las del compañero son mejores”.

Al final de la tarea
Los mensajes que un profesor da al término de una tarea, también pueden tener repercusiones motivacionales de distinto signo. El profesor puede decir simplemente si la tarea está correctamente realizada o no. Pero, tanto si la tarea ha sido resuelta correctamente como si no, puede decir “Vamos a fijarnos en los pasos que X ha dado para realizar la tarea” Mensajes como este tipo orientan a los alumnos hacia el proceso seguido.
La interacción de profesores con sus alumnos no se limita a lo que aquéllos dicen a éstos. Pero si un profesor pone de manifiesto sistemáticamente con su ejemplo frente a los alumnos que lo que cuenta es preservar la propia imagen más que aprender, es poco probable que sus alumnos actúen de modo distinto.

Evaluación del aprendizaje
De los factores contextuales que condicionan la motivación o desmotivación de los alumnos frente a las tareas escolares es la evaluación del aprendizaje. No sólo a las calificaciones que reciben los alumnos, sino a un proceso que va desde lo que el profesor dice, a los alumnos antes de la evaluación para ayudarles y motivarles a prepararla.
Toda evaluación implica básicamente un juicio sobre la calidad de la ejecución de una tarea por parte del alumno. Por otra parte toda evaluación busca de manifiesto conocimientos y destrezas relacionados con distintos contenidos y tareas.

Para que lo primero sea posible, hace falta:
a) que las tareas de evaluación estén diseñadas de modo que permitan decir al alumno no sólo si sabe o no.
b) que el conjunto de la evaluación responda a un modelo que permita poner de manifiesto si el alumno está logrando un progreso significativo en relación con la adquisición de un esquema conceptual o unos procedimientos determinados, en lugar de proporcionar información sobre aprendizajes aislados
c) que la información acerca de qué está mal, de por qué está mal y de cómo superar el problema, obtenida a través de los procedimientos anteriores, se dé a los alumnos de modo que puedan superar sus dificultades,
d) que se evite en medida de posible la comparación entre alumnos al darles los resultados.

Alonso Tapia, Jesús (1996), “Condicionantes contextuales de la motivación por aprender”, en Jesús Alonso Tapia y Enrique Caturla Fita, La motivación en el aula, Madrid, PPC (Educar), pp. 31-50.

1 comentario:

Miss C. dijo...

Hola, buenas tardes. Me pregunto si tendrá disponible la lectura referente a este tema, "Condiciones contextuales de la motivación por aprender". Si así es sería posible que me facilitara una copia? de ante mano muchas gracias!