domingo, 8 de marzo de 2009

Cómo preparar las clases

Cómo preparar las clases


Práctica y teoría del planeamiento y evaluación de la enseñanza


La elección de los medios de enseñanza


El valor de todos los procedimientos didácticos depende de la elección de los medios adecuados que directamente pueden considerarse como las herramientas para la enseñanza. Medios didácticos son todos los objetos que el maestro o los alumnos utilizan para su trabajo.
Los medios didácticos se dividen en medios de enseñanza (medios de exposición) y medios de estudio (medios de trabajo). Los medios de estudio se subdividen en medios de autoenseñanza y medios de ejercitación, según que sirvan a la elaboración autodidáctica de un nuevo tema o a la ejercitación en lo que ya se sabe. Si un objeto ha de considerarse como medio de enseñanza o de estudio, de autoenseñanza o de ejercitación, depende enteramente de cómo se emplee. Los medios didácticos no son un adorno, sino medios de comunicación legítimos y a menudo imprescindibles. Al elegir los medios didácticos es preciso tener en cuenta:
a) el tema;
b) el método;
c) el nivel evolutivo psicológico de los alumnos.

a) Los medios didácticos tienen que corresponder al tema. Difícilmente habrá una clase en que se pudiera prescindir de todo medio didáctico sin menoscabar sensiblemente el resultado. Algunos medios didácticos se prestan sólo imperfectamente para adquirir o consolidar conocimientos, vivencias o habilidades. Hay que resistirse a la tentación de utilizar medios inadecuados. Si no pueden adaptarse a las exigencias del tema, mejor será prescindir completamente de ellos. Ocasionalmente se prescinde todavía –en parte por comodidad y en parte por temor a lo nuevo- del empleo de medios técnicos como la radio y el cinematógrafo y la cinta magnética, aunque prestan excelente ayuda. También cabe mencionar aquí la televisión.
b) Los medios deben estar adecuados al método de enseñanza. Algunos medios, por ejemplo, fotos recortadas de revistas, se prestan muy bien para el modo diferencial o individual, pero por su tamaño tienen que fallar si se los utiliza para la enseñanza frontal. Al elegir los medios didácticos siempre hay que considerar si son útiles y suficientes para el método previsto. Como medios de autoenseñanza pueden servir únicamente aquellos que conducen a un enfrentamiento verdaderamente adecuado con el tema. Las enciclopedias, muchos de los llamados libros de trabajo, etc., no son medios de autoenseñanza en manos de los alumnos, sino a lo sumo medios complementarios. Si no existen suficientes y adecuados medios de autoenseñanza, será mejor una exposición viva del maestro o que todos juntos se concentren en el relato de un viaje. En estos medios requiere, por lo general, instrucciones dadas verbalmente o por escrito. Sobra decir que el valor de tales medios depende en gran manera de la precisión de esas instrucciones.
c) Los medios didácticos tienen que adecuarse al nivel psíquico de los alumnos. Se sobreentiende que, de tener presentes los mencionados puntos de vista para la elección, un ligero diferenciar e individualizar, así como un empleo unilateral de las formas de guiar, se prohíben de por sí, pues a veces esos modos requieren medios didácticos en una cantidad que no posee ni la escuela más rica y que tampoco pude confeccionar ni el maestro más diligente.

Lo percibido a través de varios sentidos suele retenerse mejor que lo percibido a través de varios sentidos suele retenerse mejor que lo captado sólo óptica o acústicamente; por otra parte, es preciso ofrecer algo para cada uno de los distintos tipos perceptivos de la clase, tanto visual y auditivo como el táctil o el motor.
Tampoco debe desconocerse la importancia de la intuición interior, aparte de la visión exterior, para el proceso formativo; una exagerado empleo, de ilustraciones o películas puede hacer atrofiar la actividad de la imaginación.
Con demasiada facilidad el interés de la clase se desvanece a causa de la monotonía. Es alarmante escuchar: “¡Otra vez las tarjetitas de ortografía!”, o bien “¡Otra tabla, cuándo no ¡”. Para evitar esto se tratará de retener la atención de la clase alguna vez, con ejercicios de consulta.

Es importante emplear los medios elegidos en el momento apropiado. Pero también sería un error tratar de introducir normas fijas acerca del momento de la utilización de esos medios. Luego no se debe permitir que la irreflexión, la expectativa o la curiosidad acerca de la reacción de la clase seduzcan a uno a emplear los medios de enseñanza antes de tiempo, perturbando así el desarrollo orgánico del trabajo, ni dejar de ofrecer la oportunidad de aprender, comprender, etc. Se entiende que el empleo adecuado de los medios didácticos presupone que el maestro se haya informado previamente acerca de ellos.
Acertadamente preparados y elegidos, los medios didácticos constituyen un fundamento esencial para un estudio placentero y fecundo, a menudo ya por el solo hecho de impedir que la enseñanza desemboque en un mero palabrarerío.

Bach, Heinz (1968), “La elección de los medios de enseñanza” en Cómo preparar las clases. Práctica y teoría del planteamiento y la evaluación de la enseñanza, Juan Jorge Thomas (trad.), Buenos Aires, Kapelusz, pp. 85-91.

No hay comentarios: